Excelente noche en los paseos de Cintruénigo. El viento el calma permitió gozar de la música en su plenitud y la luna ponía su nota de color como una guinda blanca sobre el escenario. Fué una noche de AMIGOS a lo grande. La proximidad con Corella hizo acercarse a mas seguidores de lo normal. y nos vimos arropados con antiguos y nuevos amigos.
Entre los que ya estaban por alli, Marisol Lopez, maestra de música de muchos de los chiquillos tudelanos. Eloy, haciendo de representante musical de nuevas promesas para el grupo. Antonio, entrañable excomponente del grupo estuvo toda la actuación disfrutando del sonido directo que no podia oir antes. Fueron muchos amigos quienes se pasaron por la mesa para felicitar la marcha del grupo.
Como anécdota, a mitad de concierto, como parte inequívoca de la magia del directo, hubo un apagón parcial que apagó las etapas del canal izquierdo. Que se solucionó ràpidamente gracias a la actuacion de los tecnicos de escenario, Miguel, Manolo y Jose Tomas, que permitió que el publico apenas se diera cuenta.
Inconmesurable concierto el ofrecido por el «Grupo Araciel», en Los Paseos de nuestro querido, vecino y amigo pueblo de Cintruénigo.
Los Cirboneros disfrutaron como hacía un año que no lo hacian, desde nuestra actuación en este mismo escenario el año pasado.
El año pasado hubo un pequeño incidente, con una señora, a la que le dió una lipotimia, por la emoción tan intensa que sentia al oir nuestras canciones y este año, como no podia ser menos hubo otro pequeño incidente, las etapas del canal izquierdo sufrieron un apagón mientras tocábamos «la preciosa canción que hizo famosa ese cantante catalán… D. Jorge Sepúlveda, Mirando al mar», que gracias a nuestros formidables e inigualables técnicos, se solucionó en un Pis-Pas.
En este día, nuestra última incorporación al grupo, el magnífico bajo D. Miguel «El Pinchón», natural de Aguilar del Río Alhama, cumplia años. Felicidades y que cumplas muchos más.
He de confesar que D. Ceferino Irisarri, «El Astillero de Las Bardenas Reales de Navarra», un virtuoso del laúd, lavó sobradamente su imagen invitándome a cenar un estupendo plato combinado, junto con el buen amigo, compañero y músico por excelencia de los buenos D. Antonio Aragües. Si teneis ocasión de ver a su esposa, la simpática «Tere», le decís que ya le puede levantar el castigo.